miércoles, 17 de mayo de 2017

Reflexión final

¡Hola amig@s!

En esta última entrada del blog me gustaría realizar una pequeña reflexión sobre lo que implica el uso de las herramientas tecnológicas en el ámbito educativo, sobre todo con la Web 2.0.

La Web 2.0 es aquella que permite a los usuarios colaborar e interactuar entre ellos, siendo los creadores del contenido. Se trata de una web dinámica en la que todos y todas podemos participar, dejando de ser simples "espectadores".

Así pues, esta web conlleva un amplio abanico de posibilidades a nivel educativo, ya que permite la colaboración de un grupo de personas para crear y elaborar nuevos contenidos, dejando de lado la individualidad, y resulta fundamental para conseguir saltar la barrera del "alumnado como simple oyente", para poderlo hacer partícipe en su aprendizaje, siendo él el centro de interés en el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Por lo tanto, ¿cómo implantar la Web 2.0 en el aula? En primer lugar, cambiando tanto el rol del educador como el rol del educando. El primero, dejará de ser un orador para convertirse en un organizador de los conocimientos y en un orientador o guía del alumnado en su proceso de aprendizaje; y el segundo, tiene que dejar de lado su papel "pasivo", es decir, dejar de ser un mero oyente dentro del aula para convertirse en un agente activo en su aprendizaje. Además, se debe dejar de lado las metodologías tradicionales y trabajar en el aula nuevas metodologías más innovadoras y lúdicas, motivando y organizando los conocimientos de los que tenemos acceso con la Web 2.0, y de esta forma, conseguir que sea el educando el constructor de su propio conocimiento, generando nuevos estilos de aprendizaje.

Asimismo, desde mi punto de vista, las herramientas tecnológicas suponen un gran apoyo para el docente, tanto para transmitir los contenidos como para dinamizar sus clases y, de este modo, poder acercar al alumnado la teoría de una forma más entretenida e interesante. No obstante, como ya os comenté, eso no significa usar la tecnología dentro del aula sin más (como por ejemplo, creer que se está usando la tecnología cuando se hace uso de la pizarra digital con el mismo fin que la normal, ya que esto no supone una innovación, sino una mera sustitución). Por lo tanto, se debe tener muy en cuenta que hacer uso de la tecnología dentro del aula supone conocer qué herramientas informáticas son las más adecuadas para cada contexto y contenido en particular, y disponer de un gran control en cuanto a la competencia digital.

Con todo ello, concluyo reafirmando mi postura de la necesidad del uso (del buen uso) tecnológico dentro del aula, siendo, desde mi humilde opinión, necesario y útil para conseguir que nuestro alumnado aprenda y, sobre todo, que disfrute y quiera seguir aprendiendo.

Y esto ha sido todo amig@s...

¡Espero que hayáis disfrutado y aprendido del blog tanto como yo! 😄

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